domingo, 26 de junio de 2011



es domingo: abrí los ojos y de toque pensé que es un acto violento a veces el despertar. uno está perpetuamente respirando en paz, delirando, soñando cosas, dibujando formas por el aire, moviendo el cuerpo inconscientemente, hablando a oscuras, tosiendo, riendo como gesto del sueño. uno está haciendo todo eso y de golpe: zas los párpados se levantan te invitan a conocer un nuevo día. zas. yo hago cosas como hacer crujir todos mis dedos, mis tobillos, mis muñecas. a veces me pasa q pienso, como ayer, en la gente que amanece de a dos, en las veces que amanecí de a dos, que te mirás y no sabés si salir corriendo o bueno sentir que es una buena elección. cosas pasan. otros días amanecés y es tan complicado vestirte, el frío como bandera, y el cansancio de tener que volver a la rutina. una vez amanecí en una casa q no era mía con el documental de patty smith de fondo: fue una buena mañana pq él me enseñó como hacer para que no te quede jugo citric en el envase. otro día amanecí con mi primita Emi y fue un placer enormus. me hubiese gustado alguna vez amanecer con vos, pero era todo bastante complicado, pensabamos muchas cosas que no debíamos pensar y me hubiese gustado compartir los mates de las 11am. sí. es una confesión. bueno, ya pasaron como seis horas desde que amanecí. y aún no puedo despertar. intento hacer cosas que el día me pide, pero me cuesta bastante. yo qué sé. creo que los amaneceres deberían escribirse todos los días, luego juntar 365 amaneceres y hacerlos fuego cada vez que el día quiera anochecer.

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