
Bien. el mareo del mes que se va ya se siente. No me digan que no están deseosos de conocer a junio. Un mes que promete llenarnos de días color gris y narices rojas. Unos nuevos treinta días aparecen en el rodaje. Si vamos a hablar de mayo, digamos que fue breve, rápido, nocturno y atemporal. Fue un mes como todos, ahora, no es fácil para mayo estar después de abril. Hay mucho carisma en abril con el amor, si no me creen, conversen con Fito. Digamos que mayo es como un día martes. Un mes tibio, tonto, poco querendón. Aparentemente nacieron muchas personas queridas, eso hace que mayo tenga otro color. Pero es tibio, es el quinto mes, esperando al sexto, donde todos sabemos que la mitad del año asoma. Pobre mayo, le tocó nacer justo antes de la mitad de todos nuestros procesos, se comió todas las transiciones y encima está por terminar la facultad. Está en su último año. Pero hoy amaneció con una lágrima suelta que le dice: ¿mayo, vos querés vivir de esto toda tu vida? encerrado en 4 paredes dibujando? eso deseás? en realidad mayo, que ya no está tibio porque se está yendo, me parpadea y me cuenta entre pestaña y pestaña que desearía vivir de esto pero de otra manera. otra manera. hay tantas. mayo está triste porque no encuentra esa manera. si encontrase esa manera podría proyectar y construir el puente que lo lleve con una sonrisa a junio..
mayo no pierde las esperanzas y sabe que mañana por la noche finalizará con música. sabe que ese es un gran canal para cerrarse y abrirse a junio y su joven vida (que no tiene nada que ver con la de Juno).
en fin. mayo está tibio hasta cuando está por irse. aguarda la noche de mañana. espera refugiarse y devorar el mes de junio, para enloquecer julio, agosto y cada enero de cada mes del año.
Vaya si se puede vivir de eso pero de otra manera. Adolfo Pérez Esquivel es arquitecto.
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