
imaginé cómo tiraba unas 60 ovejas, un flash que ni les cuento.
pero no funciona esa data de contar animales, no me jodan.
me las imagine hasta como si fueses globulos rojos.
pero es mejor verlas como si fueses carne molida.
a propósito, qué onda con la carne molida?
por ahí nos soluciona la vida imaginarnos al carnicero destrozando la carne antes que ponernos a contar ovejas.
una de las amigas ovejas estaba buscando una ventana,
la muy guacha se quería suicidar antes de que la tiré por el precipicio.
la agarré, la acaricié y le dibujé una sonrisa buena onda.
me sonrió y bueno no quedó otra que soltarla.
está bueno eso de reemplazar a las ovejas por otros objetos.
imaginar que contamos las puas de mollo, antes que ovejas.
crear un cielo y buscarle forma a las nubes,
luego comerlas cual algodones de azúcar
dedicarles una canción
y soltarles la rienda.
la otra es hacerse amiga de las ovejas, me parece.
invitarles una birra y charlar. pero quizás uno está cansado de charlar con uno mismo?
pero es que no charla con uno mismo, charla con su mente ( eso me dijo la oveja hija de pu )
un poco de yoga no les vendría nada mal ovejas mala onda que pretenden que las contemos a altas horas de la noche
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