
Me acuerdo, acá kiwi mediante, de ese poster de Kiss que mi primo Rodri tenía en su pieza. Cada vez que tenía que atravesar la puerta blanca para entrar, mis 5 años y yo imaginábamos la lenua afuera y empezabamos a sudar miedo. Mi primo me agarraba, y acurrucaba. Mirabamos muertos de risa el poster y salíamos corriendo.
Cuando creció, su pieza se redujo a la mitad. Y ahora colgaba una bandera de Cuba.
Me pregunto a dónde quedó ese poster. Y mi camisa azul de flores rosadas sudando adrenalinas rockeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario