miércoles, 28 de septiembre de 2011















Dicen que hoy se vienen treinta grados: esta mañana me lleva a cuando tenía 16 años, estaba esperando el colectivo con mi amigo Gaby, le contaba de mi nuevo amor, y él me decía: tu problema es que sos muy enamoradiza. Me acuerdo de Gaby mirandome fijamente y riendo mientras decía las palabras gloriosas. El sol de hoy es tan igual a ese sol, sólo que ese día tenía puesta la remera del cole, llevaba miles de hojas de Química Orgánica y reía de otra manera. Hoy, amanecí hiper temprano, como a las 4a.m. con una alergia atroz, ajam. Y así, anduve pyjameando hasta entradas las 9a.m. Luego, fui lleve la compu a formatear: epa, se me vino a mente el recuerdo de Gaby diciendome: enamoradiza: pero hoy me enamoré del sol, no de ningún ser humano. Hoy con mis calzas negras y mi remera de frases de Frida, Simone y Marilyn supe que el sol es mi mayor imagen. Te quiero hacer amor, sol.

martes, 27 de septiembre de 2011















Vengo del patio, de leer sobre la superficie de la Arquitectura: vengo de Le Corbusier y su ventana/muro, estuve con él mientras la sombra de los árboles me refugiaba del sol y me escondía luz. También vengo de Matisse y sus cuadros que incitan arquitectura. Esta mañana vine de otro sitio: visité la Muni y claramente lo vi: es atractivo porque habla poco y está concentrado con su camisa a cuadros. A mi me dan ganas de hablarle, de saber qué siente, si le gusta el vino, y si le gustaría tomarse un vino conmigo. Yo no nací para hablarle. Nací para mirarlo mientras está concentrado en sus expedientes.

Ayer vine de un alcaucil. Mientras lo comía pensaba en la genialidad de este vegetal: ir sacando capas, una por una, con la emoción de llegar al corazón. Un poco de aceto para contrastar la emoción.

Esta mañana me pasó lo mismo mientras lo miraba subido a la escalera buscando expedientes. Quise sacarle una foto de papel, pero lo hice con mis ojos.

Todo es capas, todo es papel, todo es mirarse, mientras una por una sacamos nuestras pieles.

miércoles, 21 de septiembre de 2011



Like a Rainbow, amanecí hoy. Después de desayunar la municipalidad, y recordar el wok que me comí anoche, fuimos a la inspección de obra. Seguido a eso, él me mostró la guitarra eléctrica. Parece que anoche cometió un percance y la rompió. La trae a escondidas, para que su sobrino no vea el lío en que se ha metido él. Su padre, entre tinta y tinta, le promete arreglarla con una prensita, mientras su sobrino duerma y no se entere de que la cola pega excelentemente bien la madera. Pasaban estas cosas mientras yo preparaba café con leche para todos y pensaba en la copadez de esta historia. En que el invierno se va, como la guitarra fisurada, la primavera ya está en el aire, y la cola baila para pegarse a nuestras pieles. La prensa nos amontona como a un par de maderas sensibles. Y el sol filtra el vidrio de la mañana. Se revelaron algunos fragmentos del cielo, pero el día aún no es orgasmo. Vamos a esperarlo.

martes, 20 de septiembre de 2011

La primavera me provoca un estado de extrañeza que ayer no compredía. Y quizás hoy sí. Me desperté, devoré mi ensalada de frutas, y supe que había comido muy rápido cuando quise sentarme a estudiar. Así, envié algunos mensajes a algunas personas queridas, y traté de focalizar mis pupilas en la Teoría de la Arquitectura. Después de eso, me di cuenta que mis ganas de vomitar seguían ahí. Yo qué se. Me di cuenta, además, de que estoy nerviosa, que ayer rendí una materia y hoy me dan la nota. Y quizás eso me tenga así. También descubrí que este estado raro de tristeza mezclado con deseos de amar intensamente se me concentran en los recuerdos. Pensar que ayer fue un día clave en mi año y olvidé esa fecha por completo. Me olvidé de lo que nos pasó como familia hace dos años. Me siento más triste aún por no haberlo recordado, ni haber estado con quienes debía estar. Recordar la mañana del 19 de septiembre hace dos años atrás. Me vi sola en un aeropuerto, tratando de explicarle a esa señorita que necesitaba viajar. Que las cosas no estaban bien y que mis ojos iban a estallar. La gente me trataba bien, eran amables. Nunca me voy a olvidar de todas las cosas que sentí ese día. Porque el alma es un refugio donde descansamos cuando todo está bien y cuando todo está mal. Me acuerdo de mis compañeros de la facu. Tratando de calmar mis angustias. La llamada por teléfono de mamá. El aire de Córdoba que me despedía. Llamé a algunas personas. Pero no recuerdo qué hablé. Estaba sóla, fumando mientras esperaba el avión. Y vi gente feliz. No podía entenderlos. Pero los vi. El mundo ese día fue una sóla lágrima y no puedo olvidar todos esos gestos. Voy a tratar de perdonarme por olvidar este día, ayer. Voy a tratar de entender por qué he estado tan enojada con la primavera desde hace dos años.

sábado, 17 de septiembre de 2011












Es justo contar que acabo de almorzar con mi viejo. Los dos solos. Le hice unos ñoquis. Charlamos sobre cosas vanales, como que mi prima que se casó ahora está en Londres. Cosas así. Después hablamos un poco de ella. Pero fui bastante seca. Y él lo notó. Hasta que me dijo: 'Bueno, ya tenés colchón. Te compro la heladera si querés', a lo que respondí: 'Sí! Ya tengo cama. Y la heladera no la comprés! Me van a prestar'. Me dijo: 'Pero ese colchón es muy grande!'. Yo: ¡Mejor!



El gas está listo. El lunes vienen de Edemsa. Falta la vereda. Y en un mes me voy a vivir sola :)

viernes, 16 de septiembre de 2011



Estoy preocupada por mi viejo. Hace años no hablamos, hace años. Vivimos juntos, construímos juntos. Almorzamos casi las mismas cosas (aunque no). También amanecemos casi al mismo tiempo porque cuando suena el despertador él se levanta. Yo no. Pero despierto. A parte de todo eso, me da bola en todo, me sigue los pasos, y me saca las copias que le pido. Me encargó un proyecto. Lo construímos y ya está casi listo. Pasa que mi padre es un tipo de pocas palabras. Y de muchas miradas. Como sea, me preocupa. Cada día hablamos menos. No sé si es el viento o qué está pasando. Saben hoy viernes me puse a pensar en él. Mi complejo de Electra me delata cada vez que puede. Pero mi padre no lo sabe. Él cree que estoy enojada. Y al mismo tiempo proyecta comprarme una bicicleta por que sabe que estoy muerta de ganas de tenerla. Mi viejo. Cómo lo quiero. Qué poco le hablo. Le cuento pocas emociones. Y creo que con mirarlo basta para que sepa lo que me pasa. Pero hoy descubrí que no. Que mi padre no tiene la más puta idea de lo que estoy sintiendo. Estoy enojada con Lali interior. Pero eso es otro tema. El día está tan lindo con mis pantuflas de la paz. Y yo que me puse a pensar en él. Estoy preocupada, insisto. Yo no digo qué siento, pero veo que mi padre no anda muy contento. Habla cada vez menos y menos y menos. Y no sé cómo llegar a él. Si llega un día, y me dice Hola. Luego, me deja un plano seductor. Se va. Y promete darme trabajo de por vida. Acá adentro mío tengo más ganas de viajar que de dibujar el plano que me dejaste, pa. Cómo te lo digo. Ahora que me voy a vivir sola, estarás angustiado por eso? Jamás podré saberlo, jamás. Deseo que llegués en un rato a casa y me grites todo lo que te pasa. No me preguntes por el auto. Y sepamos que está todo bien. My dear.














Lo bueno de todo esto es que es viernes. Parece que el cielo se vistió de polvo y nos quiere ensuciar las ideas, la ropa, las miradas y algun que otro pelo. Parece que nos ponemos como locos, que esto nunca pasó, que la cabeza nunca dolió así, que las horas de estudio próximas pueden colapsar, que algún árbol quiere derrapar sobre vos, que las bocas están ásperas y las manos como queriendo ser marroncitas. Que hay un cielo celeste que hoy se fue de joda y está siendo reemplazado por otro más beige. Que manejás hacia el centro y no alcanzás a ver el perfil urbano culpa de esta neblina histérica que el viento trae consigo.

Parece que la poesía de girar con el viento se acaba cuando el físico no nos responde.
Parece que girar con el viento hoy: será tan necesario como tomar tu mejor Cefalex.

Otra cosa buena será quedarte encerrada en tu casa y comenzar a estudiar para ese final que rendís el lunes y aún no reaccionaste.
Algo bueno tiene que tener el viento, a parte del arte de revolear los pelos en la calle y enamorarnos de las bocas ásperas de tierra.

Buen viernes.

miércoles, 14 de septiembre de 2011
















Me acuerdo, acá kiwi mediante, de ese poster de Kiss que mi primo Rodri tenía en su pieza. Cada vez que tenía que atravesar la puerta blanca para entrar, mis 5 años y yo imaginábamos la lenua afuera y empezabamos a sudar miedo. Mi primo me agarraba, y acurrucaba. Mirabamos muertos de risa el poster y salíamos corriendo.

Cuando creció, su pieza se redujo a la mitad. Y ahora colgaba una bandera de Cuba.


Me pregunto a dónde quedó ese poster. Y mi camisa azul de flores rosadas sudando adrenalinas rockeras.

martes, 13 de septiembre de 2011



El almuerzo terminó entre arroz y arroz. Mi vieja me pidió que compre un chocolate para su amiga bibliotecaria. Cómo no. De yapa, me compré un bocadito 'Holanda' para quitar de mi ser la sensación del arroz. Me explico.



Me acordé de la última vez que comí un bocadito. Fui de la misma manera, con otra ropa y otras pestañas. Caminé bastante parecido. Iba por otras razones más cercanas al cigarrillo y no tanto al arroz. Esa siesta, se me cayó el último pedacito de 'Holanda' al suelo.




Ese pedacito que arrojé hoy mutó en otro bocadito.




La teoría circular no nos abandona.

lunes, 12 de septiembre de 2011















Dicen que mi voz se partió de un diamantito. Recién hablamos por teléfono. Luchábamos por habar. Por que, a quién le gusta tragarse pedazos de piedra mientras habla. ¿A quién? Llamaste tratando de averiguar por qué no escribí en todo el fin de semana. Lo sé. Nos contamos nuestras vidas, y antes de darme un beso de despedida soltaste: avisamecuandosalgásdelafacuynostomamosunacerveza. Así, tan rápido lo dijiste.

Corté con vos y me llamó mi abuela. Charlamos sobre el punto garvanzo y el problema que le genera tejer con ese hilo.



La dichosa comunicación.






Hay curvas que reúnen, crean espacios urbanos, un banquito, un árbol que da sombra, y una especie de línea buena onda en el piso que marca el suceso de que algo especial pasa acá. Hay otras curvas que nos da el cielo, alguna que otra nube que decide divertirse con nosotros y tener forma de medialuna. También están las formas curvas de una botella, que gira y contiene el líquido deseado, lo llena de curvas y lo entrega a la carne. Hay algunas líneas curvas que forman los dedos cuando nos miramos a los ojos y de repente las manos se revelan y suben por la cara. Pienso que también existen curvas llamadoras de ideas, ahí en las pestañas, como queriendo gritar algo que aún no hemos escuchado. Hay otras que están en la piel y sólo los hombres sensibles pueden entenderlas. Veo curvas cuando camino de vez en cuando a la parada del colectivo y algún buen hombre me mira. Existen además las curvas de la vida, esas donde nos perdemos como dos desconocidos y fluimos el arte de amar. Cuando fui pequeña, vi las curvas de los pies de mi prima, las tuve que imaginar porque su pie era muy plano, me las ingenié y flashee con los mejores pies empanada que vi en mi vida. Momentos en que un simple gesto de árbol hace que la curva mute y termine en un fruto rojo y deseado. Curvas que sacan de quicio. Otras que liberan. Lo más lindo de las curvas es que se mueven todo el tiempo, se salen de las estructuras de las líneas rectas, se revelan y se fugan con un puñado de títeres en cada punto que las compone. Las curvas están revolucionando la geometría de nuestros cuerpos. Nos salvan cada vez que los poros de la piel se meten para adentro: los sacan, los liberan, los giran, los mueven, los explotan y terminan siendo curva del aire. Los dos juntos curvan como si fuesen una sóla molécula de aire.





Esta es la historia de amor que me trajo la geometría del alma.

viernes, 9 de septiembre de 2011



Jueves: cómo me gustas. Ayer fuiste un lindo día: amaneciste en el estudio, proyectando una bodega chiquita, familiar, por allá por las tierras de La Consulta. Me divertí mucho porque mi jefe es un tipo muy ocurrente que me convida maní mientras dibujamos miles de partidos distintos para los clientes que vendrán por la tarde. Capelletis para el alma, luego. Y la siesta como disparo del cansancio acumulado de la semana, y de la noche anterior disfrazada de 'gringas' del Taco Bar. La facultad, después, cargada de amigos haciendo maquetitas, bitácoras, escribiendo, flasheando, explicando ideas, el profe Seba pidiendonos las entregas: 'Lali, no te vayas a ir que al final de case hacemos taller de Arq + Música' y 'Ah! Me trajiste el certificado médico por faltar la clase pasada? Jajaja, Mirá que en Luján conozco a muchos médicos!' Divertida charla con el Seba, ese profesor que no puede obviar la literatura en sus ojos. No puede, porque la piel esta llena de gestos cortazarianos. Algo así.



Bueno, tomamos la mediatarde. Y fumamos. Y terminamos debatiendo sobre la música y la arquitectura: hicimos un cadáver exquisito y luego decidimos escribir colectivamente sobre el tema, en cualquier momento de la semana. Conectando todas nuestras historias en un mismo Dropbox. Esas cosas amo de la tecnología comunicacional. Esas. Reímos mucho y terminamos viendo quién venía a comer y quién no. Terminamos yendo claramente los únicos dos que estamos solteros, vió. La cosa es así. Comimos esos sandwichs del demonio, llenos de verduras que amo. Genial. Luego invité a mi amigo a tomar una cervecita. Fuimos al Irish, pero capté una fotografía muy poco deseada y me tuve que ir irremediablemente de ese lugar. No importa la razón. Me tuve que ir. Terminamos en otro lugar, Porter de por medio, y charlas interminables. Mientras un colgado me pintó un azulejo con óleos en 5 minutos. Un flash. Ya tengo otro objeto para mi nuevo hogar.



Mientras volvía a casa, manejando, se me ocurrió dejar de escuchar ese cd y poner la radio: primero escuché Creep y flasheé bastante con esa melodía y las luces del corredor que tienen un movimiento muy fotográfico. Cambié de radio cuando terminó ese temón y escuché: Muy despacito, sobre el abismo... volaré.. Y saben inevitablemente recordé mis 16 años, cuando nos la pasabamos escuchando Los Piojos, cuando vinieron a dar un recital y mi vieja no me dejó ir simplemente porque iba mi 'novio' que ella no quería (igual ahora se lo agradezco). Me acuerdo la furia de esa noche, de armar una bandera con mis amigos y después no poder ir al recital. Estuve muy enojada. Sí. Bueno, después, cambié a otra radio, ya casi por llegar a casa, y sonaba: Por ti, todo lo que hago lo hago por ti... Pensaba en cuándo carajo será el día en que finalmente enamore y grite locamente 'Todo lo que hago'.. pero bueno, me convencí sabiendo que puedo gritarle eso a la vida, simplemente y amar de esa forma, si no queda otra.. Y que claramente si el aire es justo, alguna vez me tiene que tocar a mi también.. Quizás, muy despacito in a beautiful war, so faking special, gritaré por ti.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Septiembre: ya te siento. Un domingo, antes de que llegues, salí de casa y mire al cielo negro contrastar con los primeros gestos rosa de mis prunus. Pensé (llena de felicidad): ¡Qué precoces mis árboles ya explotaron y aún es Agosto! Me subí al auto muy colgada y manejé no sé a dónde. Sí me acuerdo de esa tarde anterior a la pubertad de los prunus, cuando me junté con vos y experimentamos todo el tiempo que estuvimos sin vernos. Ese día supe que venía un lindo mes. También creí que después de verte, te iba a extrañar locamente. Pero no fue así, parece que mis entrañas ya no te necesitan tanto. Estoy tratando de recordar a dónde fui: pero no tengo la más puta idea.

El año pasado me pasó en Septiembre de encontrarme con ese chico que fue novio a los 16 años. Fue re loco, porque él seguía exactamente igual (sólo que ahora drogón) y yo estaba tan cambiada que él me miraba como.. como.. (sí comió).. En fin. No nos entendimos. Para nada. Mis compañeros de la facultad no lo podían creer: alguien me mandaba mensajes y yo estaba bobamente escribiendo mientras los profesores hablaban de reticulados. Creo.

Ese chico pasó, como pasa el cuarto de hora. No teníamos nada en común. Excepto el amor alcohol. Bueno, increíblemente a las semanas, nació un hippie en la vida de quien les escribe. Re loco. La relación más intelectual (sí) de mi vida. Demasiado alcohólicos también. Muy cinéfilos. Muy Kafka. Muy Jung. Muy Zaratustra. Muy dpto. Muy risas. Muy pocos besos. Fracasó. Claro. No? Lo más loco de todo es que el hippie intelectual me llamó durante meses y yo me hice la boluda olímpicamente. La semana pasada tuve la intuición de verlo. Nos vimos. Tomamos mucho alcohol. Y los besos estuvieron bien. Algunas cosas han cambiado. Me parece.

Como persona, digo, como ser lleno de carne y de lunares que soy, amo locamente la vida y por este motivo me encanta hacer el amor, hacerlo en todas sus fotografías, no sólo con el cuerpo, también con el alma. Y por qué no con las ideas. Con el mundo desconocido. Con las cosas que imaginamos. Con cada gesto lindo del mundo. Con un ser que conectaste es la más pura forma. Pero la más difícil de encontrar: run Lali run!

lunes, 5 de septiembre de 2011

Viajar la carne.



Desde que fuimos pequeños, se nos enseñó a amar los viajes. Recuerdo el afán de mis viejos en ahorrar y luego invertir en toneladas de felicidad viajera. Me acuerdo, también, de las primeras fotos de playa, donde éramos 10 primos hombres vs. 2 primas mujeres y de allí la poca femeneidad que me caracteriza. Imagino ese momento que me cuentan mis viejos en que odiaba pisar la arena o en su defecto subirme al auto sucio con arena (qué escandalosa). Se me viene a mente la paleta y barquillo chileno. Por qué no hablar de Gesell y esa canción que decía algo de llegar a las puertas del cielo.. Algo así. Fuimos creciendo, y nos llevaron al primer mundo con todos nuestros primos: el mundo de los dibujos y pelis animadas qué flash fue.. mi hermano comprador compulsivo se trajo hasta el florero de Mickey, yo qué se.. mi primo Titi feliz siempre, feliz. Sofi, enérgica con las medias subidas hasta las rodillas, masticó todo lo que el viaje le dio. Virgi, combatiba, torpe y felizmente niña, nos bañó en coca-cola a todos.. mis viejos mentores, mis tíos haciendonos el aguante hasta con los ojos. Terminamos en México: y les juro que la cabeza de ocho años me cambió. Supe que quería viajar toda mi vida.



Bueno, las vacaciones de verano siguieron más o menos por los mismos rumbos. Con alguien siempre nos íbamos. Mi hermano y yo nunca fuimos de hacernos rogar.. En fin. Voy a lo que más ganas tengo de hablar: alrededor de los 18 años vivos, mis viejos nos llevaron a la Europa. Y eso sí que fue un flash. Yo estaba entre estudiar Agronomía o Arquitectura. Joder, tíos, qué negar que cuando entré a la Sagrada Familia supe lo que deseo hacer el resto de mi vida. Lo sentí en Barcelona, rodeada de momentos escultóricos y gestos urbanos tremendamente arquitectónicos. Conocimos, además, a nuestras familias españolas. Fue loquisimo, fue como verlos todos los domingos, como si comieramos el asado juntos, cada dos semanas. Fue loco! Londres fue pensar en mi abuela el 90% del tiempo y amar esa ciudad por su consecuencia. París, me enamoró tanto que volví a creer en el amor (aunque llevaba un año de novia, y acá me esperaba alguien). Italia.. Italia.. es inevitablemente hermosa.



Bueno, me pasó ese año también el viaje a Bariloche. Ya empezaba a sentirme un poco colgada. Recuerdo los excesos y las petacas de ginebra que me adueñé. Las risas descontroladas. La compostura, porque estaba enamorada, y fui fiel. La forma en que mis compañeros nos querían cojer. Y nosotras tan fieles. Volví, luego de 3 años y tampoco me mandé ninguna cagada. Definitivamente, aquí hace mucho frío.



Al año siguiente: chan: San Bernardo con las amigas: chicos que manera de beber: qué manera de enamorar cada 30 minutos: qué manera de no comer: qué manera de: flashear con un rosarino que me volvió loca hasta marzo y ahora es un gran amigo: qué manera loca de volvernos a encontrar en la plaza Independencia (acá) rodeados de cambios y años de más.



Cuando estaba por derrapar en mi vida, mis primas me invitaron a Bolivia y Perú: sí obvio dije que sí. Antes de ese viaje, pasé diciembre en los Aires Buenos: me hice amigos nuevos y terminé yendome a la La Plata con una amiga que acaba de conocer y bueno: terminé en un dpto donde un estudiante de arquitectura me secuestró mientras yo intentaba lavar los platos. No tuve escapatoria, les comento.



Volví a Mendoza a pasar las fiestas, viajamos en auto con mi hermano y su amigo. Lindo viaje, lindos días porteños. A los diez días, me fugué a Entre Ríos. También fui victima de algunos secuestros, pero no voy a dar más información: fueron dos semanas: una en Concordia: otra en Chajarí (que es el pueblo donde vive la familia querida). Ese verano fue genial. Tuve que decir que no a la invitación de Brasil y venirme para esta tierra (mis viejos me iban a sacar la cama al patio). A los veinte días: Bolivia! Viajar por primera vez de mochilera fue una experiencia muuuuuy zarpada que mi mente no olvida, y adora ahora, tanto adora.



Conocimos muchos lugares copados, entendí porque la gente se hace amiga con tanta facilidad. Comprendí otras comidas. Y devoré algún que otro secuestro. Fumé con estudiantes de medicina. Y terminé borracha mirando el lago Titi-Kaka junto a 2 cordobeses caretas que estaban planeando ir a la pelu. También nos enamoramos todas de un porteño estudiante de Periodismo que relató la marcha a favor de la COCA en Plaza de Armas, Cuzco. Conocí a un porteño con quien terminé yendo hace dos años al recital de Axel Rose. También escuché la mejor cumbia boliviana en el bar de Fredy acompañadas por veinte argentinos y un intento de boliche que desmebarcó en: 'Argentinos, vayanse, no nos interesa que consuman en este boliche, queremos funar, vayansé' Fuimos a Macchu Picchu: 4 días de caminata extremadamente flasheros que culminan en la lágrima instantánea cuando subís Huayna Picchu. Ahí, nos hicimos amigas de un inglés, que luego estuvo un mes viviendo a una cuadra de casa.



Al otro año, nos fuimos al sur. Estuvo lindo, bastantes secuestros. Lindos paisajes. Linda yerba. Pero.. raro. Lindo, pero raro. También, unos meses después, nos rajamos a Yankylandia con mi hermano y eso sí que estuvo flashero.... El primer mundo no tiene nada de primer mundo, gente. Pero nada. Sólo son unos copados para facilitar tareas gestivas de pasajes de tren en dos minutos. El resto, pfff... Pura mierda. En fin: este año, estuve un finde en Valpo: g e n i a l. Y luego de rendir, terminé por el Norte Argentino, ese lugar donde la chicha sobra y la gente está llena de sonrisas. Ese calor humano que hace calor en el aire. Esa simpleza divina que tiran las plantas. Es la fotografía de la felciidad: el Norte.



Bueno: de Barcelona me traje la carrera: de Bariloche me traje actitud: de San Barnardo me traje al amor al Ron: de Buenos Aires me traje un estudiante de Arq con la remera de The Clash: de Entre Ríos me traje el amor: de Bolivia me traje la sonrisa de la yerba: de Perú me traje un amor porteño recitalero: del sur me traje otro amor más prohibido: de unidos estados me traje la mejor relación de hermanos del mundo: de valpo me traje un millón de fotografías y del norte me traje las mejores sonrisas del aire.



Pero, lo mejor de todo fue: viajar la carne de por vida.

sábado, 3 de septiembre de 2011



Me perseguiste durante meses en los que pocas veces te atendí, pocas veces accedí al cine. En fin: nos cruzamos una sóla vez porque las nubes se complotaron. Y no te vi más, ni atendí, ni respondí. Fui bastante mala. Verás. Como quien quiere la cosa, ayer, te escribí. Llamaste. Aceptaste mi propuesta. Nos encontramos en la Biblio. Lo bueno de vernos es reafirmar porque la pasamod tan bien juntos. Hablamos desde: 'Me contaron que te rapaste la cabeza'-dijo-'Sí, no es algo tan extraño igual, no?' hasta decir: 'Sí, Gaspar Noe es un demente que nos quiere desquiciar aún más' hasta decir: 'No boluda, es obvio no usaron forro' pasando por : 'Ese libro que me regalaste de Bukowski' llegando a: 'Yo prefiero cerveza negra, esta vez' desembarcando en: 'Para mi, no está conectada con sus emociones' vinculando la idea de: 'Ahora tomemos vino, es la bebida de los dioses' y sin poder obviar: 'Sabes que siempre tuvimos esta relación tan intelectualoide. Me cansé' aterrizando en: 'No te entiendo eso que me decís de los estados, pero prometo más estados' terminando en 'Tenés que hacer un Pollock en tu auto' y él me dijo: 'Un citroen viejo que va a ser posmodernizado, me encanta' Algo así dijo. En fin: fin: 'Me gusta estar con vos hablamos de todo y reímos y tomamos y estamos abajo de un montón de tipas' 'Y este olor tan de acá' 'Como esa vez que amanecimos con olor a paraíso' Y yo le dije: 'Que por cierto es bastante feo olor' Como sea: los apretujones urbanos valen la pena existir. Que me hables de Woody Allen y termines diciendo mirá viste esas tres rayitas que tenés en la cara. Luego terminemos con la boca llena de peces y me rías. Prometas llamarme hoy. Yo decirte no te creo. Y me llamaste, recién, hace un rato.



Somos la relación más prohibida de todas. Por eso nos gustamos con olor a paraíso y todo.

jueves, 1 de septiembre de 2011



Esta mañana, alguien me pegó las pestañas con unipox. Estuve tratando de lidiar con el pegamento hasta que faltaron 15 minutos para entrar a trabajar. Me desvesti de la noche anterior, y empecé este jueves. Caminé treinta metros y di con un huevo estampado en la vereda vecina. ¿Qué pasó? Imaginé hasta que dios le pifió al sartén y derrapó en el mundo real (aunque por ahí no fue Dios, sino la Magdalena). Llegué al estudio. Mañana dibujada. Luego, mañana cachondamente municipal. Me gusta ir a la municipalidad porque en verdad el aire está queriendo decir algo. Quiñen trabaja, quién no trabaja, quién sólo mira, quien sólo escucha, quién ríe. Quién te encontrás: claro, me encontré con un señor (sí, siempre arriba de treinta piso) con el que compartimos una vez viaje. Es un futuro colega. Que me saludó y me dijo: demorate 5 años más, además, si seguís sacando fotos no terminás más. Me preguntó además: ¿y cuál es tu futuro viaje? Creería que en marzo, respondí. Pero no, te digo ahora, algo tenés que hacer, me dijo. Jajaja, reí. Yo estoy esperando que alguien me invite, dijo el señor. Vamonos al ELEA. Jajaja. El mundo laboral: ayer quería destruír mi cuerpo porque tuve la tarde más aburrida del universo. La mañana de hoy fue distinta, tan linda que terminó conociendo a mi nueva vecinita 'Amanda', hermana de Venicio y Almendra (ni Spinetta los padres).



La siesta desembarcó en la mejor heladería del mundo: dulce de leche y crema de limón (así). Y pensaba: las personalidades se defininen por los gustos de helado que pedimos. Yo puedo ser asquerosamente dulce, y envuelta en una amargura atroz. En fin:



Ahora, estoy hasta las manos con un laburo. Pero necesitaba contar lo lindo que estuvo este fragmento de día.