No es fácil. Ayer estabamos ahí, los tres, de acá para allá, bailando en las góndolas del mega supermercado. Yo nerviosa. Él con sonrisa nerviosa. Y ella con ojos nerviosos. Estuvimos casi tres horas entre toallas, sábanas, colador, tuppers, fuentes, cubiertos, platos, miradas, tostador, recuerdos, infancia, cortina para el baño, sueños, metáforas, morderse los labios, coquetear, desear, atravesar el vacío, cerveza, balde, vasos de cantina.
Mi nido está lleno. Ya casi que puedo mudarme.
Su nido está vacío.
Pero seguimos siendo los mismos ojos nerviosos de amor. Con la nostalgia a flor de piel.
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