lunes, 14 de noviembre de 2011



el silencio me dice algunas cosas. es guacho, pero nos entendemos. se prolonga dos metros y me deja pasar. paso y me devuelve la mirada. y es un rato de paz. camino otros metros y sigue todo igual, pero ahora colgué de un barrilete que me ayudó a cruzar el canal. claro ahora puedo seguir. este otro sigue ahí calladito dando de qué hablar. seguimos así, perpetuos. se cuelga una rama que se cayó y se ríe mientras imagino que se me cae ese balcón en la cabeza y no tengo que soportar más este silencio. de golpe, se me cae una lágrima, que no tiene nada que ver con el hormigón del balcón. pucha. sigo. me sigue. ahora me doy cuenta de que si cambio la cara de mala quizás se le caen unas palabras a este sentimiento. sonrío, pero no pasa naranja. me cuelgo de un árbol, para dejarte pasar, silencio, y no saber a dónde te vas, no me interesás: de eso me quiero convencer. pasás, ni podés sentir la presencia de un cuerpo mientras pasás porque no tenés cómo expresarlo. me enloquece la idea de que no me puedas hablar. entonces me bajo y ya no te veo. no me llena no verte silencio, me estresa que no puedas ni caerte en lágrimas sobre mi rostro. te quiero igual.

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