
Cuando Carmela lo descubrió, no le perdió pisada. Complotó sus hormonas para dar con él en el bar. Un par de sucesos. Alguna que otra tragedia: Y finalmente, el encuentro. Carmela es una chica que no da vueltas. Pero aún no había descubierto el sexo. Ella le dio un par de tragos. Lo encerró con sus pestañas. Recordó ese bar. Y supo que ese día tendría que tomar las riendas del trago. Lo apuntó contra un muro. Y allí se volvió pez.
Carmela ahora nada, y se relame en las aguas del cuerpo. Supo que esa noche era clave. Hoy se lo cruzó, de auto a auto. Y quiso enseñarle todas las formas de nadar que ahora aprendió. Es tiempo de cambiar de aguas.
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