miércoles, 26 de octubre de 2011



Me acuerdo esa peli, 'Sin lugar para los débiles'. Yo qué se por qué acabo de recordarla: había una escena que se mueve una nube, justo cuando la peli empieza: estabamos en el cine con mi hermano y él me dijo: 'loca, han estado días esperando que esa puta nube se mueva'



Recién fuimos con mi tío y mi viejo a ver unas lámparas. Paseamos por el negocio, y mi tío está bastante preocupado por los precios. Yo, que no puedo abandonar el hecho estético de las luces, lo miro como: Bueno, tío, pero, necesitamos algo diseñado y lindo. Y él ríe.



Estábamos por irnos y mi viejo estaba colgado mirando un interrumptor que tenía algo que los demás interruptores no: Entonces: Nos dice: 'Qué lo parió, compré el mismo en el centro y me cobraron $90: Mi tío y yo quedamos mirando el precio: Reímos.



Mi viejo, también ríe. Está acostumbrado a que le pasen estas cosas.



Llegué y me tocó el timbre mi compañero de trabajo: 'Lali, te acordás esos planos que adjuntamos hace como 3 semanas?' : Sí, los de J.: Bueno, parece que en la Municipalidad se han perdido, pero yo me acuerdo que los metimos: Sí, estoy segura: Ja: Esperame, que busco los comprobantes: Dale, Laura va: (tiempo y transición) : Mirá, Lea, acá los encontré, sí los adjuntamos el 6 de octubre: Sos más ordenada que todo nuestro estudio! (risas)



En fin, mientras los hermanos Coen esperan que se mueva la nube, nosotros adjuntamos planos a la vida.

lunes, 24 de octubre de 2011



Algunos días atrás, en la vorágine de la ciudad mientras demorábamos una hora y media volviendo a casa, manejaba en primera y la segunda era una gran utopía, Juli se detuvo y yo bajé la ventanilla: justo di con el frente de un edificio (claramente hay mucho hormigón, aunque este era de ladrillo visto). Había un contendedor de basura, y una pareja discutiendo sobre cosas vanales cerca de su vehículo. Pegaditos a ellos, estaban un padre y un hijo: metidos en la basura del contenedor, buscando algunos objetos reciclables, seleccionando las botellas de plástico, las de vidrio, los cartones (ni uno de tetra) y bueno otras cosas que me imaginé. El niño, descubrió una de esas mega pistolas de agua que usan los niños burgueses para mojar a toda su clase social. No saben la sonrisa de la creatura cuando entendió cómo se usaba, yo lo miraba analizando el chiche nuevo y casi que me bajo a explicarle cómo se usaba, pero ahí la segunda dejó de ser un sueño y avanzamos. Lo dejé atrás, con su sonrisa de flota flota.



Bueno, hace una semana dejé atrás a otro niño más atrevido: él es un niño burgués que me visita cada tanto. Jugamos a tomar vino y reímos en la Alameda de vez en cuando. Yo tan niña, he rechazado más de una de sus invitaciones (o tan histérica). El otro día, le propuse un juego que trataba de ir al cine. Porque estaba esa peli de Alex de la Iglesia que estaba muerta de ganas de ver. El niño, luego de aceptar mi invitación, me envió uno de esos mensajes que una nunca desea leer: perdón, voy con alguien.



Yo tan tolerante, jamás le contesté. Pero qué niño burgués atrevido, jugar con la histeria femenina de esta forma. Prefiero la sonrisa yéndose de aquel niño flotón que me trajo el aire urbano. Olvidarme de los planes burgueses, mientras respire, será la mejor opción.

miércoles, 19 de octubre de 2011



Es un día quejosamente burgués. No sé de qué, pero me opongo. Quiero y no quiero. Estoy intentando conectar con mis deseos. Pero no me sale. Claro, estoy hiper burguesita. Desayuné un café con tostadas en un lugar burgués. Y encima compré en una librería burguesa. A parte, descubrí que la mitad de mi ropa es burguesa. Que todo el entorno se pone cada vez más burgués. Tuve que soportar la propaganda política de un facho que es el extremo del burgués. Y ahora me quejo, tengo de todo para hacer, pero elijo quejarme de todo lo burgués. En vez de ser una buena hija, me preocupo por el mundo burgués que ni debe estar preocupado por mi. Qué pelotuda. Qué burguesa al pedo haciendome la hippie en una terraza de vez en mes. Qué absurda es la vida burguesa. Lo único copado que tengo para decirte burguesía es que cada vez como menos carne y no me importa que vos y todos tus burguesitos me bardeen. ¡Viva la soja! Uy, que cagada, la soja también es re burguesa.

lunes, 17 de octubre de 2011



el sábado me condujo a las vías del tren: belgrano y las vías justamente. esa esquina donde se junta el cielo. ahí donde la familia respira el hogar. justo es donde también se juntan las fibras del amor y la libertad. donde los niños salen de la tierra y aman a gritos. donde las orquideas son color y el cielo contrasta. donde la humedad nos saluda las 24 horas del día y el viento es casi imperceptible. justo donde el vino es muy bien recibido y la soda está de más. ahí, donde el gas es efímero e innecesario. la familia como refugio y el sol acariciandonos. ahí. esa esquina y esos metales. ese mate amargo y esas sonrisas constantes. los ruidos de las motos y el megáfono que anuncia Cristina. la cerveza negra y la ventana asomando un nuevo día mientras duermo en el estar y amanezco libertad.



el miércoles fue distinto. ahora trajo lluvia. ruta. gomerías y rock. destinados a volver a la ciudad. una vez más. la humedad existe y no dejará de existir. las líneas de la arquitectura y los rastros de la noche anterior. la música del hormigón. y la mística del olor a cigarrillo. el ruido del viento de ciudad, ultrado por las ventanas. el mundo se detiene en un montón de edificios habitados. pasan cosas que no sabemos. pero pasan. la gente está apurada y yo decido detenerlos a todos mientras termino la noche del sábado en una terraza bajita, pero rodeada de edificios. empiezo el sol y el día acompañada. ya la noche se va y estamos juntos sobre la membrana. lo más copado es cómo accedemos a la terraza: ese banquito y esa ventana que nos conduce al pulmón de la manzana. acá hay pocos árboles, pero me los imagino. bueno, estamos juntos y reímos. este altillo y esta terraza saben de lo que hablamos.



te saco fotos, vida, mientras la gente mastica los ríos y el hormigón se revela en los aires.

jueves, 6 de octubre de 2011
















Vuelve, siempre. Ayer me escribió y volvió a contagiar mis días de esa sensación de angustia mezclada con fortaleza y sentimientos extraños. He intentado explicarle más de una vez que él es doce años más grandes que yo: en todo sentido. También he vuelto a descifrar el comienzo del romance: las flores amarillas. Y esas cosas que pasan. Vuelve, y me hace pensar. Cuando estabamos juntos no pensabamos, sólo sentíamos. Empecé a pensar y se arruinó todo: te pusiste agresivo y casi que dijiste cosas hirientes. Peor, las escribiste.


Ya sabemos que nuestras pieles se conocen de antes de nacer, pero no seas tan físico como para volver a mis días: y a mi vida de alcaucil. Dormite, como yo. Pero no conmigo.

lunes, 3 de octubre de 2011



Cuando Carmela lo descubrió, no le perdió pisada. Complotó sus hormonas para dar con él en el bar. Un par de sucesos. Alguna que otra tragedia: Y finalmente, el encuentro. Carmela es una chica que no da vueltas. Pero aún no había descubierto el sexo. Ella le dio un par de tragos. Lo encerró con sus pestañas. Recordó ese bar. Y supo que ese día tendría que tomar las riendas del trago. Lo apuntó contra un muro. Y allí se volvió pez.


Carmela ahora nada, y se relame en las aguas del cuerpo. Supo que esa noche era clave. Hoy se lo cruzó, de auto a auto. Y quiso enseñarle todas las formas de nadar que ahora aprendió. Es tiempo de cambiar de aguas.