Las personas hacen el amor antes de conocerse. Algunas sólo se llaman por teléfono. Otras esperan desesperadas un mensaje de texto (como sacar el corpiño). Hay quienes muestran los dientes y rien y te hacen el amor. También conozco seres que miran de una forma furiosa como si te cojieran pestañas. Existen también poetas increíbles que te seducen con el olor de un libro. Personas que te dan la mano y ya sabés qué más te quieren dar. Momentos que los labios se rozan sin querer con un compañero de la facu y te volvés roja. Quienes fruncen la frente cuando hablás probablemente desaten la tempestad en unos instantes. Además, algunos creen que no es necesario sentir. Están los vivos que te bardean y después de dos gin tonic te destruyen a besos. Y a parte, los que te pegan una patadita por abajo de la mesa (eso está bien). Otros que te escriben desde Barcelona y te piden que los esperes. Ó ese que se relame con tu remera no ajustada. Existen, además, los cancheros de camisa a cuadros que te empalagan con una peli de Tim Burton. Y por qué no un vegetariano que te cocina rico. También un intelectual que conoce a Bergham y te coje hablando mal de él. Hay hombres que desean más de lo normal. Algunos saben que si te compran tu perfume te tendrán colgada a sus piernas en dos instantes. Depende. Chicos que juegan al rugby y transforman tus tetas en guindas. Aquellos que aman el ajedrez y te desvisten en piezas. Los arquitectos que te muestran un libro de Clorindo T. y ya te sacaron toda la piel. Los estudiantes de medicina que te dan marihuana para cojerte mejor. Y los bisexuales que te filman una pelicula porno mientras vos amás. De repente, aparece el estudiante de sociología que te relaciona hasta con su primo. Y ni hablar del psicólogo, que es re cabrón y te escribe deseos de piel desde Europa. Por qué no hablar del fantasma del pasado que sabe la medida de café perfecta luego de cojer. Y aquel que tiene listo el cigarrillo para volver a hacerte el amor.
Como sea, a todos nos gusta el amor.
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