miércoles, 24 de agosto de 2011

carta de hermano a hermana /

" lalinda lalibre.


mi hermana nació un diecinueve de agosto así que salúdenla: es su cumple. "la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" y la libertad consiste en mi mirar a hermana fijamente unos instantes: el modo en que se le arquea el jopo, esa heterogénea mirada tan llena de cosas. la mirada de escuchar las cosas. el oído atento en el silencio atento de mi hermana, algo que le envidiado desde chico: ella escucha, yo sólo hablo. la sabiduría se pone siempre del lado del oído. no soy sabio pero tengo una hermana santa, santa en el más preciso sentido: la que no se deja conmover por la tibieza, la que alborota de un extremo al otro, la que en ramas de tristeza sabe morderse los codos para seguir adelante. mi hermana tiene una impactante fortaleza femenina. llora, sangra y sufre como una mujer pero, además, como una mujer santa: ningún santo lo es sin pasar, antes, por el pecado. jamás vi a mi hermana hacerle mal a nadie. siempre la vi hacer su vida, siempre la vi relamerse contra el viento con una naturalidad agresiva, una personalidad errática y por momentos discreta que estalla en mares despabilados, conscientes y críticos. mi hermana tiene un cerebro fértil, muy. y alrededor, un enormísimo corazón.
así que escribo esta carta de cumpleaños escuchando la música que ella querría escuchar al leerla. radiohead. un poco de sumo. divididos y más allá. más acá, las pelotas. esas inexplicables bandas que cantan un inglés solo inteligible para ciertas almas sensibles.
mi hermana fermento de soles
mi tercer pulmón
mis ganas de rabiosamente amar la vida
por ella
por los días de su vida
mis días
mi vida por sus días
el corazón con su nombre tatuado
atado
como una soga en medio de la tempestad
la niebla de los alaridos
la mezcla de cenizas que arrastra el viento
y sí
lali
el mundo es jodido
el mundo es la primera piedra
que te arrojan
tropezás
sin caer
siempre a la altura de los árboles
viendo en otoño los pájaros caer
los mendigos
y condolerse
e ir más allá
abrir la piedra del pecho para sentir
lo que duele una caricia
lo que espuma un beso
lo que puede sanar una patada
un grito en la noche
un salto de rana inexplicablemente solo
sano
humano
estar loco es más saludable
los perros que se muerden la cola
no son tarados:
quieren sentirse

acá son las diez y media, allá las doce y media. si naciste en el ochenta y ocho cumplís veintitrés. creciste de pronto, parece. las cosas son así. vamos a envejecer tarde o temprano. el tiempo nos arrastrará con una naturalidad aberrante y sin embargo estaremos ahí, conectados, con el abismo angostado por el abrazo a tiempo, la palabra caricia, la valentía de llorar el uno frente al otro, incluso la ternura de a veces lastimarse: para sentirse vivo.
no tenemos dios pero nos tenemos el uno al otro.
y estamos acá, de pie sobre el mundo. girando, girando, volviendo a girar. encontrándonos abrazos y dejando de encontrar. buscando, siempre buscando, "por el gusto de buscar".
la paz sea contigo.
imagina. "

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